Angustia adolescente y sueños infantiles.

1 de febrero de 2012

Mirar hacia atrás.

Fui testigo de mi caída y mi resurrección.
Tuve miles de oportunidades y las empuje hacia el abismo. Y aún así no me arrepiento de nada; es que si lo hiciera, nada podría hacer. No puedo modificar mi pasado, y mi futuro aún no ha llegado. Sólo tengo el presente y a veces ni eso puedo manejar ¿Para qué preocuparme entonces?
Mi vida es brillante. Mi vida es un desastre. Mi vida es mía y disfrutarla depende de mí.
Puedo tener mil razones para llorar, pero me basta con sólo una para sonreír, para se feliz. Y viceversa.
Cuando mi vida era más plena, más simple, más me costaba entenderlo. Entonces si algo salía mal, lloraba por ese pequeño detalle. Ahora todo puede irse a la mierda y mientras haya un detalle que me salga bien, entonces tengo un lugar en donde refugiarme.

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